martes, 24 de abril de 2012


Catequesis Logo del sínodo

Introducción:

Este domingo 29 de Abril del 2012, que litúrgicamente estamos  celebrando el Día del Buen Pastor, hemos sido convocados por nuestro Obispo Monseñor Miguel Lenihan a comenzar la preparación del Primer Sínodo Diocesano, en el inicio de nuestro caminar como Iglesia particular que peregrinamos en Atlántida e Islas de la Bahía.


Uno de los signos que nos acompañará en este caminar será el logo, el cual presentamos a continuación:
El 11 de febrero del 2012 fue erigida la diócesis de La Ceiba, es así  que nos embarcamos en un gran proyecto pastoral; comenzamos con el primer Sínodo Diocesano que nuestra Iglesia Diocesana celebrará y con el cual pretende:

1- Realizar un nuevo caminar sin obviar la gran riqueza con la que fuimos nutridos de la Iglesia hermana de San Pedro Sula. Ser agradecidos por el camino recorrido, siendo parte de ella en los años que fuimos sostenidos por las congregaciones misioneras que han pasado por estas tierras.
2.- Profundizar en su experiencia de fe y abrir horizontes para su testimonio y trasmisión a las nuevas generaciones.
3.- Revisar su autocomprensión como Pueblo de Dios que camina en estos Departamentos de Honduras y discernir los caminos de renovación de sus parroquias y estructuras pastorales.
4.- Ser testigo de esperanza, profeta de la dignidad de cada ciudadano y servidora fiel y eficaz de excluidos y marginados.
5.- Señalar prioridades, objetivos y líneas de acción para los planes pastorales de los próximos años.

La Barca  sobre el agua

Representa a una Iglesia que navega por el mar a veces sereno, a veces tempestuoso de nuestra realidad. No se aparta de su misión de evangelizar. Atrae a los alejados a la barca para ser llevados a tierra firme.

Se abre para la Iglesia una nueva etapa de su camino, resuenan en nuestro corazón las palabras con las que un día Jesús, después de haber hablado a la muchedumbre desde la barca de Simón, invitó al  a «remar mar adentro» para pescar: «Duc in altum» (Lc 5,4).    Pedro y los primeros compañeros confiaron en la palabra de Cristo y echaron las redes. «Y habiéndolo hecho, recogieron una cantidad enorme de peces» (Lc 5,6). Esta palabra resuena también hoy para nosotros y nos invita a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a abrirnos con confianza al futuro: «Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre» (Hb 13,8). (Novo Millennio Ineunte # 1)
Ahora tenemos que mirar hacia adelante, debemos «remar mar adentro», confiando en la palabra de Cristo: ¡Duc in altum!,... las experiencias vividas deben suscitar en nosotros un dinamismo nuevo, empujándonos a emplear el entusiasmo experimentado en iniciativas concretas. (NMI # 15)

La Paloma con el olivo

Representa la Paz deseada para nuestra Honduras.
El documento de Aparecida nos dice que “la paz es un bien preciado pero precario que debemos cuidar, educar y promover,”  también una realidad que estamos llamados en estas tierras de Atlántida e Islas de la Bahía.

La paloma es Símbolo de la Paz desde los tiempos del “Arca de Noé”, tal como se relata en la Escritura. El Génesis 8,8-12 cuenta que después del gran diluvio, Noé mandó a una paloma para que, a través de ella, se pudiera conocer en qué condiciones había quedado la tierra después del terrible suceso que lo obligó a encerrarse en el arca. La paloma regresó trayendo una rama de olivo en el pico, signo de que había árboles que no estaban ya cubiertos por el mar y que por lo tanto ya podían dejar el arca para volver a vivir en tierra firme. Hoy que se acrecienta un clima de inseguridad y de violencia que se vive en nuestra Honduras, es urgente crear una cultura de la Paz. Los cristianos estamos llamados a ser agentes de paz.

El Sol y la Eucaristía

Representa  el nuevo amanecer que viene a darnos esperanza y  que nos mantiene en actitud de servicio para comenzar nuestra labor. “¡Caminemos con esperanza! Un nuevo milenio se abre ante la Iglesia como un océano inmenso en el cual hay que aventurarse, contando con la ayuda de Cristo. El Hijo de Dios, que se encarnó hace dos mil años por amor al hombre, realiza también hoy su obra. Hemos de agudizar la vista para verla y, sobre todo, tener un gran corazón para convertirnos nosotros mismos en sus instrumentos.” (DA # 58)

También representa la Eucaristía que es el centro de nuestra fe.  Somos una comunidad eucarística y pascual. “Contemplar el rostro de Cristo, es el «programa»… de la Iglesia en el alba del tercer milenio, invitándola a remar mar adentro en las aguas de la historia con el entusiasmo de la nueva evangelización. Contemplar a Cristo implica saber reconocerle donde quiera que Él se manifieste, en sus multiformes presencias, pero sobre todo en el Sacramento vivo de su cuerpo y de su sangre. La Iglesia vive del Cristo eucarístico, de Él se alimenta y por Él es iluminada.” (Ecclesia de Eucharistia # 6)
Rom 12,Por consiguiente, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es su culto racional.

La Cruz

Es la Cruz de la nueva evangelización lanzada para nuestras tierras y es la que representa la ruta del quehacer de la Iglesia. Representa el itinerario del discípulo y misionero, todo nuestro caminar debe estar orientado a dar la vida como Cristo la dio. Esa es la Meta de esta iglesia diocesana: ser capaz de dar la vida para que otros tengan vida en Cristo.

“La Iglesia debe cumplir su misión siguiendo los pasos de Jesús y adoptando sus actitudes (Cf. Mt 9, 35-36). Él, siendo el Señor, se hizo servidor y obediente hasta la muerte de cruz (Cf. Fil 2,8); siendo rico, eligió ser pobre por nosotros, enseñándonos el itinerario de nuestra vocación de discípulos.” (DA # 31)

Lema
“Busquen primero el Reino de Dios y su justicia”. (Mt 6,33).

El gran regalo que nos hace Jesús de parte del Padre es el Reino. El reinado de Dios y su justicia. Este el centro de su vida, de todo su anuncio. Aquí está la Buena Nueva concentrada. Por ello Él entrega su vida. Dios sueña un mundo lleno de amor y de paz, Dios sueña un mundo de hermanos que todo lo comparten. En su reino no puede haber excluidos, empobrecidos, abandonados, explotados, amenazados.

Jesús comienza su predicación y nos dice: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios: arrepiéntanse y crean en la Buena Noticia”  (Mc 1, 15). Jesús nos enseña a orar y nos propone: “Padre nuestro que estás en el cielo, Santificado sea tu Nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mt 6,9-10). Jesús nos proclama el programa del reino y nos dice: “felices los pobres de corazón porque el reino de los cielos les pertenece… felices los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados… felices los que trabajan por la paz porque se llamarán hijos de Dios” (Mt 5,3.6.9).

Estamos llamados a acoger el reino como don gratuito, con alegría y confianza. Pero Dios también nos invita a la colaboración, al empeño personal y comunitario de todos sus seguidores con su plan salvador. La confianza y el amor llevan necesariamente al compromiso: hacer que su reino venga, hacer que reine su justicia y no la nuestra tan manoseada y corrupta, hacer que en nuestra diócesis de La Ceiba todos nos orientemos y busquemos el reino de Dios… lo demás lo recibiremos por añadidura.

Un Circulo
Expresa el sentido de una Iglesia que quiere ser Comunidad de Comunidades, una Iglesia que se renueva a la luz de Aparecida. DA # 168 “La Diócesis, en todas sus comunidades y estructuras, está llamada a ser una «comunidad misionera».”

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